VISIÓN Y MISIÓN

Covenant Baptist Theological Seminary

VISIÓN

Nuestra visión es ver a la Iglesia del Señor Jesucristo fortalecida y expandida por todo el mundo, con el fin de que Cristo sea conocido, amado y exaltado.

Por lo tanto, nuestra misión es ayudar a la iglesia a preparar a hombres para que asuman la gama completa de responsabilidades que conlleva servir a Cristo y Su Reino en el ministerio pastoral, y equipar a los cristianos para un servicio eficaz en la iglesia. Llevamos a cabo esta labor proporcionando una formación académica rigurosa y facilitando una mentoría pastoral integral.

MISIÓN

DECLARACIÓN DE VALORES

Nuestra misión se llevará a cabo tomando en cuenta los siguientes principios:

(1) La Iglesia en todo el mundo debe asumir el deber que Dios le ha dado de preparar a sus futuros líderes (2 Tim. 2:2). Todos los seguidores de Cristo deberían ver esto como un privilegio para perpetuar, mantener puro y extender el evangelio a todas las naciones y generaciones.

(2) Cada iglesia local debe involucrarse en el equipamiento de hombres para el ministerio pastoral. La iglesia local es la indicada para reconocer, desarrollar, evaluar y confirmar los dones espirituales de los hombres que aspiran a este oficio.

(3) Los hombres que están siendo considerados para la preparación para el ministerio pastoral deben manifestar, al menos en forma incipiente, el carácter, los dones y las gracias prescritos en pasajes como 1 Timoteo 3, Tito 1, Hechos 20, 1 Pedro 5, etc.

(4) El ministerio pastoral requiere una formación exhaustiva, completa y equilibrada. La preparación no debe ser superficial, ni estar sesgada, ni estar orientada a la experiencia pastoral exclusivamente, ni a los estudios académicos exclusivamente.

(5) La instrucción teológica debe estar saturada de la Palabra de Dios, centrada en el evangelio, basada en la confesión y dirigida por pastores y académicos reformados, piadosos y que gocen de experiencia. Estamos comprometidos con La Confesión de Fe Bautista de 1689 como el mejor y más sano resumen de la verdad de la Palabra de Dios.

(6) El Señor Jesucristo da una variedad de dones a Su iglesia y providencialmente abre una diversidad de oportunidades para el ejercicio de esos dones. Debemos reconocer y dar cabida a las diferencias en los dones y posibles dones futuros para aquellos que están siendo formados.

(7) El deseo y la conveniencia de seguir una formación teológica pueden no coincidir con la capacidad financiera y práctica para emprender dicha formación. Por eso, en la medida de lo posible, debemos ayudar a aquellos que anhelen esta formación y adaptar el programa para fomentar la participación de nuestros hermanos, para que así la economía no sea un impedimento para aquellos que anhelan ser enseñados.

(8) Todo lo que el seminario emprende debe realizarse con la mayor consideración a las normas bíblicas de rectitud, integridad, fidelidad, compasión y total dependencia de la gracia de Dios. Somos administradores de los dones del pueblo de Dios y servidores de la gran Cabeza de la Iglesia: el Señor Jesucristo.